lunes, 27 de junio de 2011

LAS EXPOSICIONES TEMPORALES DEL MUSEO AROCENA, en: Museo Arocena, exposiciones temporales 2006-2007, BSM, México, 2007, p.p. 119-123

Rodrigo Witker Barra



Exposición Preámbulo I
Colección Pinto Mazal


El texto que a continuación desarrollamos tiene la intención de reflexionar, a un año de inaugurado el Museo Arocena, sobre los procesos utilizados para la creación de sus exposiciones temporales. Queremos compartir con los lectores los lineamientos y acciones que se emplean para llevarlas a cabo, desde su planeación hasta su ejecución.

Comenzaremos diciendo que las exposiciones museográficas son, en estos tiempos, uno de los instrumentos -quizá el más importante- que disponen los museos para estar en contacto frecuente, vigente y renovado con sus públicos. Gracias a las exposiciones, tanto permanentes como temporales, los museos intentan captar la atención de sus públicos, “provocarlos” para que realicen visitas recurrentes, ya sea por la calidad de sus elementos formales y estéticos o, porque gracias a sus contenidos temáticos (colecciones, textos y elementos museográficos) ofrecen respuestas integrales a sus necesidades de información, deleite y conocimiento.
Tenemos entonces que las exposiciones museográficas son el resultado-tridimensional- obtenido del encuentro entre las formas de interpretación y las formas de representación, cuando el museo expone al público determinados temas o colecciones.

Las exposiciones temporales
De la gran variedad de tipos de exposiciones museográficas que existen hoy en día como lo son las sistemáticas, las conmemorativas, las contemplativas, las interactivas, las itinerantes, entre otras, hemos optado por trabajar, por sus cualidades compositivas, con las llamadas exposiciones temporales temáticas. Para este particular tipo de exposición, las colecciones y los elementos museográficos se disponen en el espacio de manera que parezcan partes de una narración. Como si fueran escenarios de una breve historia, algo así como los temas de un relato que respetan, casi siempre, algunos ejes cronológicos.
Este tipo de exposición se caracteriza por tres factores importantes. El primero, obviamente, la temporalidad, o sea, el tiempo en que permanece expuesta al público, que generalmente oscila entre tres y seis meses. El segundo, la selección de sus materiales constitutivos. No es lo mismo utilizar elementos que requieren de una vida útil de varios años, como el caso de las exposiciones permanentes, que el buscar materiales cuya durabilidad esté garantizada por algunos meses simplemente, como es el caso de las temporales. El tercero, su carácter efímero, referido al tiempo pero como algo irrepetible, “una oportunidad única y acotada de presenciar determinadas colecciones en determinados espacios”. Esto, porque resulta muy difícil, por no decir imposible, reunir y exhibir las mismas colecciones en un mismo espacio por segunda vez.
Ahora, de las dos principales líneas de trabajo que caracterizan al discurso museográfico del Museo Arocena: el arte y la historia, la que ha predominado en sus exposiciones temporales durante este primer año de operación ha sido la artística. Es importante señalar esto porque, como decíamos más arriba, los procedimientos para realizar estas exposiciones, generalmente difieren de aquellos que comprende el trabajo con los otros tipos de exposiciones, por ejemplo, las muestras permanentes de historia nacional y regional que también ofrece el museo en sus instalaciones: México en el tiempo y Crónica de La Laguna, de las cuales nos ocuparemos en una futura oportunidad.

Las formas de interpretación:
El proceso de creación de las exposiciones se inicia entonces con la fase de interpretación. En términos generales interpretar significa investigar con el fin de  definir las distintas formas en que el museo comunicará a sus públicos información acerca de las colecciones y de las actividades de investigación que en torno a ellas realiza.
Esto supone la ejecución de una serie de pasos, entre los que destacan: el identificar la composición de los públicos del museo, el definir los temas que se desarrollarán en el guión, el investigar y documentar las piezas de las colecciones y, finalmente, el redactar los contenidos de los textos escritos.
¿Qué espera el público encontrar en esta muestra? ¿Cuál es la edad promedio al que se dirigirá la exposición? ¿Qué nivel de competencia representa esta oferta ante las otras ofertas culturales existentes en la región?, son algunas de las preguntas básicas a las que hay que buscarle respuesta. De fundamental importancia son también aquellas interrogantes referidas a las experiencias museográficas y extramuseográficas previas que poseen los visitantes: ¿qué familiaridad tienen con lo expuesto?, o sea ¿qué tanto conocen de los temas? ¿Qué oportunidades han tenido de ver anteriormente las colecciones? o, ¿cuántas veces han visto formas y maneras similares de presentación museográfica: mobiliarios, colores, materiales?
Definir las piezas de la colección que serán expuestas es el siguiente paso en el proceso de interpretación. A grandes rasgos esto significa, realizar el registro y, simultáneamente, la documentación completa y detallada de las mismas. Conocer el estado de conservación en que se encuentran, las medidas especiales para protegerlas de la luz natural y artificial, los rangos mínimos y máximos de temperatura y de humedad relativa a la que deben exhibirse, así como los requerimientos de seguridad para prevenir robos y siniestros.
Los datos obtenidos son clasificados y agrupados en temas o núcleos informativos y son la base con la cual se elabora, posteriormente, el Guión Temático. Para ello se utilizan las siguientes categorías: en un primer apartado se desarrollan los Temas y Subtemas en los que se divide la exposición; en un segundo apartado se especifica ¿Qué se quiere decir con el tema?, ¿Qué se quiere explicar en cada tema?; en un tercero: ¿Cuáles obras de la colección se utilizarán para explicar cada tema y, en un cuarto, se detallan ¿Qué textos serán utilizados para explicar los temas y sus contenidos?
Esta etapa concluye cuando todos estos elementos son distribuidos estratégica y equilibradamente en el espacio físico asignado para contener la exposición.



Exposición
Diálogos con la pintura latinoamericana
Colección Femsa




Las formas de representación:
Esta fase de trabajo es desarrollada por la museografía. Gracias a ella podemos visualizar la futura materialización de las exposiciones y proponer las maneras de relacionar las colecciones y su sustento temático a las características espaciales para que puedan ser utilizadas por el público. En ella se realizan labores correspondientes, básicamente, al diseño de las estrategias comunicativas que tendrá la exposición. Se definen con precisión: la ubicación de las colecciones, las alternativas de recorridos del público, los materiales y colores del mobiliario en que se exhibirán y protegerán las colecciones y, por último, los elementos gráficos que complementarán la información que será ofrecida al público.

El diseño espacial
El diseño del espacio o la zonificación de una exposición se inicia definiendo la circulación del público en un espacio físico. En nuestro caso, la Sala de Exposiciones Temporales del Museo Arocena cuenta con un área de aproximadamente 350m2.y se encuentra ubicada en el 3er. Nivel del edificio. Tiene una doble altura y el acceso principal se realiza por uno de sus costados. La circulación en esta sala fue definida desde el principio de su operación. Una especie de vestíbulo recibe al visitante y le ofrece la opción de circular, ya sea a su derecha o a su izquierda, dependiendo de su propio interés.
El siguiente punto a desarrollar es el mobiliario museográfico. Para el caso de las exposiciones temporales, mientras más neutro sean los soportes mejores resultados se obtendrán en la presentación de las colecciones.
En nuestra sala también, desde el principio de su operación se resolvió esta situación. La idea fue que conforme el usuario avanzara en su recorrido, la disposición del mobiliario le permitiera encontrarse ya sea con espacios abiertos o con agrupaciones cerradas que por su forma lo invitan a avanzar y descubrir lo que hay detrás de ellas.
Se produjeron e instalaron para ello, aproximadamente, 100 mamparas de gran altura y de estructura autosustentable (exentas). Con estas dimensiones se intentaban cubrir dos objetivos paralelamente, por un lado crear un mueble con una altura que hiciera que no se viera “disminuido” o “aplastado” ante las dimensiones originales de la sala y, por otro, que fuera lo suficientemente “amplio” para contener los grandes formatos con los que se trabaja actualmente el arte contemporáneo.
La iluminación es otro factor importante y decisivo en el diseño de una exposición. El tipo e intención de la luz que cae sobre un objeto influye en el modo en el que lo vemos, lo percibimos y lo interpretamos. El que un objeto pueda o no percibirse y contemplarse de la manera más adecuada y surjan de su observación beneficios de carácter didáctico y estético son aspectos estrechamente vinculados a la luminotecnia general aplicadas a las instalaciones de las exposiciones.
De los dos tipos de iluminación existente: natural y artificial, ésta última es la es la más adecuada ya que, al tiempo de ser una luz cálida, puede ajustarse fácilmente y emite poca radiación ultravioleta. Permite controlar la cantidad de luxes emitidos y es muy adaptable y económica cuando está en operación. La natural, que aunque es económica,  y que, gracias a sus cualidades cambiantes permiten dar variedad e impresiones diferentes a los visitantes es, al mismo tiempo, difícil de eliminar o controlar. Además que contiene un alto nivel de radiación ultravioleta, llegando ser terriblemente agresiva con los materiales originales de las colecciones.

Exposición
Rostros y tradiciones de México
Col. ING





El diseño gráfico
El diseño gráfico de las exposiciones considera, principalmente tres elementos: el cedulario, los títulos y los subtítulos y la gama cromática.
Aunque los textos escritos siguen siendo la forma más tradicional y usual de ofrecer información en las exposiciones, contrariamente a lo que se pudiera pensar, siguen siendo el mayoritariamente preferido por el público. Factores por lo que se da esta preferencia se basan en las opciones que se les ofrecen actualmente a los usuarios para que sean ellos los que determinen la velocidad del flujo de información, así como el ritmo de lectura. Generalmente estas acciones están determinadas por sus capacidades y habilidades de comprensión y aprendizaje. Recordemos que, aunque es el museo el que interpreta a los objetos en su  contexto expositivo, el que propone determinados sentidos a las cosas, la experiencia personal del visitante ante lo expuesto hace, o no, que el aprendizaje sea significativo para él.
Así entonces, el cedulario, compuesto por diversos tipos textos escritos, tiene por finalidad ofrecer a los usuarios información indispensable para que comprenda y aprenda de la exposición. Por medio de cédulas introductorias, temáticas y de objeto se explican, desde los propósitos tanto institucionales como curatoriales de la muestra, hasta el detalle o descripción particular cada una de las piezas, pasando por aquellas que, a la manera de un índice de un libro, desarrollan el grueso de la información y de los contenidos expuestos, donde se justifican el orden y el sentido propuesto a las colecciones. 
El diseño de los textos debe considerar aspectos como: el contraste de colores, el tamaño y la forma de los caracteres (alfabetos tipográficos), la longitud y el espaciado (interlinea) de las líneas de texto. También, de mucha importancia es el determinar el medio de impresión, de los muchos que existen en el mercado, que se utilizará para estampar sobre los soportes designados.
Los títulos y subtítulos deben diferenciarse del resto de los textos, (ya sea por sus tamaños mayores o por contrastes de forma y color) de manera que marquen un nivel informativo superior y, a la vez, integrador del conjunto expositivo. Ambos conforman una estructura conceptual con la cual se puede articular y señalar tanto la idea general  como las partes que la componen.
El último de los elementos determinantes en el diseño de la gráfica es el color. Es quien en mayor medida contribuye a crear diferentes ambientes y atmósferas en una exposición, esto debido principalmente a las innumerables asociaciones sicológicas, simbólicas o culturales que su percepción provoca. Las gamas cromáticas generalmente son determinadas tomando en cuenta el tono, la saturación o el brillo del color con los cuales se busca crear básicamente, tanto armonías como contrastes que permitan la adecuada percepción de los objetos y del espacio que los contiene.

Exposición
Preámbulo II
Colección Pinto Mazal





A manera de evaluación
A pesar de que un año es un tiempo relativamente corto para establecer conclusiones definitivas, podemos decir que nos sentimos totalmente satisfechos de los resultados obtenidos. Hemos podido confirmar, entre otros, muchos supuestos. Uno muy importante es aquel que hace referencia a lo acertado que han sido las estrategias originalmente trazadas. Nos referimos específicamente al de ofrecer, en primera instancia al público lagunero, exposiciones cuyos temas tengan una argumentación que vaya de lo más simple a lo más complejo. Mostrar distintos niveles de información para que, a través de lo exhibido, pueda consolidar diversas plataformas cognitivas que le permitan, gradualmente, ir introduciéndose en argumentaciones mucho más estructuradas. Bajo este concepto se desarrolló, por ejemplo, la primera exposición llamada: Preámbulo I: Arte contemporáneo mexicano: 1980-2006 presentada en 2006. Se utilizó para ello una de las principales acepciones del término preámbulo que significa, precisamente, principio o prefacio. La intención era introducir al público a las principales corrientes estilísticas que componen actualmente al arte contemporáneo mexicano a través de más de 60 piezas de la Colección Pinto Mazal. Continuamos con la exposición Diálogos con la pintura latinoamericana de la Colección FEMSA de Monterrey. En ella se procedió de una manera similar, bajo tres argumentos temáticos se clasificaron 61 obras de connotados pintores latinoamericanos. Esta muestra fue presentada en 2007. Con la tercera exposición titulada Rostros y tradiciones de México de la Colección de Seguros ING, se complementará esta tendencia, por medio de seis temas expositivos se exhibirán 55 obras de consagrados pintores nacionales. Esta exposición estará abierta hasta principios de 2008. Finalizará esta etapa en 2008 con la exposición: Preámbulo II: El lenguaje del cuerpo, de las cuales también haremos nuestras respectivas evaluaciones.

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